El término “almenara” proviene de la palabra árabe al-manāra, cuyo significado literal sería “el lugar donde hay luz”, resultando así un término empleado para designar a los faros y por extensión a las torres. Esto incluye tanto los alminares de las mezquitas como las atalayas.
El término sigue ocupando un lugar en la lengua española y según la RAE se emplea también para referirse al fuego que se hacía sobre las atalayas con la intención de dar avisos, así como también se puede utilizar como sinónimo de candelero para iluminación.
Dentro del marco medieval de la península ibérica, toma especial peso en lo que respecta a la arquitectura defensiva, habiendo dado lugar a varios topónimos dispersos por nuestra geografía, así como restos de atalayas así denominadas.
El motivo que nos ha inspirado para tomar el nombre de nuestro equipo, se debe al hecho de contar con almenaras cómo referente visual constante en nuestro entorno. Se trata de un elemento que nos acompaña, que nos permite saber dónde estamos y que nos muestra infinidad de caminos a seguir.
Arquitecta por la Universidad Politécnica de Valencia, Especialista en Restauración y Conservación del Patrimonio Arquitectónico por la Universidad Politécnica de Cartagena y Máster en Rehabilitación Arquitectónica por la Universidad de Granada. Empieza su experiencia laboral en el Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universidad Politécnica de Valencia. Posteriormente continúa su trayectoria en el Laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad (CSIC) en Granada. Hoy, en Almenara Blanca, desarrolla las virtualizaciones y levantamientos arquitectónicos.