A los pies del monte Gibralfaro se encuentra la Alcazaba de Málaga, una fortificación imponente que domina la ciudad al amparo de un castillo superior. La alcazaba medieval islámica tiene su origen a mediados del siglo XI durante el periodo taifa, sin embargo, su configuración actual responde a sucesivas intervenciones de época almorávide, almohade y nazarí.
Su organización se basa principalmente en dos recintos amurallados, uno inferior y otro superior, que son independientes y se conectan entre sí por medio de la Puerta de los Cuartos de Granada. No obstante, el acceso de ingreso al recinto inferior desde el exterior se realiza por medio de un complejo sistema de puertas que se suceden en el ascenso por la ladera suroeste y que fue llamado por Torres Balbás como “Fortalezas de ingreso”.
La segunda de estas puertas es conocida como “La Puerta de las Columnas” y se trata de un acceso lineal, directo y sin recodos, que fue construido a partir de un prisma atravesado por tres arcos de herradura. En el ortomosaico que presentamos se puede observar el arco externo construido con una rosca de ladrillo y enmarcado con un alfiz, aunque lo más característico es la pareja de columnas romanas con sus respectivos capiteles corintios que fueron utilizadas para conformar las jambas.
Software: AutoCAD, Agisoft Metashape y Photoshop
Fecha de realización: 2017
Mª del Carmen Fernández Domínguez y Virgilio Martínez Enamorado, 1989, “Museo Arqueológico de Málaga”, Revista de Arqueología 100, pp. 47- 54.
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