Almenara Blanca pretende ser un foro de reflexión sobre el patrimonio arquitectónico construido. Un lugar donde poder expresar distendidamente opiniones sobre intervenciones, criterios de actuación, nuevas aplicaciones u otros aspectos de interés arquitectónico, cultural e histórico; aunque siempre dentro del marco del Mediterráneo occidental.
En este primer post de presentación, nos parece interesante hacer una breve reflexión sobre lo que significa patrimonio arquitectónico a nivel profesional, pero también personal.
Una posible definición de patrimonio arquitectónico:
Conjunto de construcciones representativas de un lugar por los valores culturales y sociales que se pueden extraer de estos. Su materialización, configuración espacial y estética, serán por tanto la manifestación de un conjunto de valores identitarios de un grupo, que habitó en ese mismo enclave, en un contexto ya desaparecido. Considerando estos aspectos, el edificio histórico se convierte en un elemento completamente enraizado en el territorio y que con el paso del tiempo, podrá o no contribuir en la formación de la identidad actual.

Por este motivo, el patrimonio es importante para el personal especializado, pero también para la sociedad.
Para el primero, el edificio se convierte en objeto de estudio y análisis sobre el que desarrollar un discurso técnico y cultural. Es decir, la materia prima de la que obtiene información o sobre la que interviene. No obstante, es fundamental tener en cuenta que el conocimiento y la conservación del edificio histórico siempre serán susceptibles de mejoría, ya sea por avances en la investigación o por adelantos tecnológicos.
En lo que a la sociedad respecta, podrían destacarse dos aspectos. Por un lado, la influencia que el discurso científico aporta a la ciudad, pero también y sobre todo, la influencia que la arquitectura ejerce en la vida diaria de las personas por tratarse de elementos siempre presentes y casi inmutables en nuestro paisaje. Esta última es sin duda la capacidad innata más característica de la arquitectura, ya que de este modo, es capaz de convertir a cada territorio en un referente visual.
De tal manera, un individuo se sentirá en la mayoría de los casos vinculado con el entorno que configura su propio contexto y representa sus valores culturales. Incluso llegando a manifestar orgullo de aquellos elementos que lo identifican. Esta reacción social que produce el patrimonio arquitectónico, hace de este una potente herramienta al servicio de muchos y con diversos objetivos. Desafortunadamente, el desconocimiento o los intereses que actualmente subyacen en el uso del patrimonio pueden no ser siempre los más adecuados, hasta el punto de influir en su correcta conservación.
De tal modo, observamos que el patrimonio es un elemento mucho más vivo de lo que podríamos imaginar en un primer momento y que juega un rol trascendental en todos nosotros desde tiempo remoto. Se trata de un elemento que interacciona de forma directa en un escenario común, y que continúa transmitiendo valores en el presente.
Y tú, ¿qué entiendes por patrimonio?
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